La base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo está a punto de sumar un nuevo capítulo a su notoria historia.
La instalación en Cuba ha atraído durante mucho tiempo la ira de los grupos de derechos humanos que acusan a Washington de usarla como un puesto de avanzada fuera del alcance de la ley estadounidense para evitar el escrutinio sobre los supuestos abusos del proceso de asilo y de la guerra contra el terrorismo.
Ahora la base podría tener un nuevo rol desempeñando un papel clave en la ofensiva contra la inmigración del presidente Donald Trump.
Allí, Estados Unidos ha mantenido durante décadas un centro de detención de migrantes que está separado de la notoria cárcel de alta seguridad para sospechosos de terrorismo extranjeros, entre ellos el supuesto autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre, Khalid Sheikh Mohammed.
La base podría cumplir dos objetivos importantes para el programa de control fronterizo de Trump. En primer lugar, podría ofrecer un espacio muy necesario para detener a los migrantes antes de una posible crisis de alojamiento si el ritmo de las detenciones aumenta.
Y lo que es igual de importante, podría hacer que Trump parezca duro, una consideración clave en una operación coreografiada pensada para enviar un mensaje a los posibles migrantes para que se queden en casa y para mostrar a los votantes de Trump que está cumpliendo con sus promesas de campaña.
Trump firmó un memorando el miércoles en el que instruye a los Departamentos de Defensa y Seguridad Nacional para que preparen una instalación para 30.000 personas en la base, aunque no está nada claro que actualmente sea adecuada para albergar a una cantidad como esa de detenidos mientras esperan a ser deportados.
El centro, utilizado tradicionalmente para albergar a migrantes haitianos y cubanos interceptados en el mar antes de llegar a Estados Unidos, tiene su propio y largo historial de quejas sobre las condiciones y afirmaciones de que corta el acceso de los migrantes al proceso de asilo. Sin embargo, la administración Biden consideró usar la base el año pasado para procesar a los migrantes haitianos.