El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en febrero aranceles generalizados del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio del país sin exenciones, los cuales entraron en vigor el miércoles 12 de marzo.
Los principales países que se verían afectados por esta medida arancelaria serían Canadá, Brasil y México.
Canadá fue la principal fuente de hierro, acero y aluminio enviados a EE.UU. el año pasado. En cuanto al aluminio, China, México y los Emiratos Árabes Unidos son otros de los principales países de origen; respecto al acero, Brasil, México y Corea del Sur son las principales fuentes, según los datos comerciales estadounidenses del año pasado.
Podría ser un error si México responde con aranceles similares
Ildefonso Guajardo ―secretario de Economía de México en el gobierno de Enrique Peña Nieto y negociador del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)― explicó que el impacto en el país variaría según la respuesta del gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Guajardo dijo a CNN en Español que, si el gobierno de Sheinbaum decide responder con aranceles al acero similares, México se vería afectado porque el país importa más acero del que exporta a Estados Unidos. En otras palabras, México le compra más acero a Estados Unidos del que le vende. Por lo tanto, si impone aranceles a las importaciones de acero, algunas industrias mexicanas —como la automotriz— saldrán afectadas por los aumentos de costos causados por los impuestos arancelarios.
“(El acero) es fundamental porque es un bien que se usa en las cadenas productivas. Por eso tampoco es recomendable contestar con (aranceles al) acero… (porque) usas acero para hacer enseres domésticos que exportas, usas acero para hacer automóviles en caso de aceros laminados. Hay usos de acero en las cadenas de producción”, dijo el exfuncionario.
Sheinbaum dijo el miércoles, horas después de que entraran en vigor los aranceles estadounidenses al acero y aluminio, que el país esperará al 2 de abril para decidir si impone aranceles recíprocos en estos materiales.
Si México contesta con aranceles recíprocos a las importaciones de acero, “encareces tus cadenas de valor, te vuelves menos competitivo”, comentó Guajardo, y añadió: “Al poner aranceles generalizados al acero de importación, das margen para que aumenten los aceros que se utilizan en la construcción” nacional.
Por ende, en lugar de aranceles recíprocos, Guajardo recomendó que se implemente una respuesta arancelaria con algún producto que no represente una amenaza a la economía de México.
Edmundo Enciso Villarreal, presidente de las comisiones de Nearshoring y Comercio Exterior de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en la Ciudad de México, indicó en un comunicado enviado a CNN que, con los aranceles de EE.UU. al acero, las industrias mexicanas más afectadas serían la automotriz y de autopartes, la de construcción, la de electrodomésticos, entre otras.
“La industria automotriz y de autopartes, que ha sido un pilar fundamental en la relación comercial entre México y Estados Unidos, sufriría un aumento en sus costos, lo que pondría en riesgo la competitividad de la región frente a otros mercados. La construcción también se vería golpeada, ya que el encarecimiento del acero y el aluminio podría ralentizar proyectos de infraestructura y elevar los costos de vivienda. De manera similar, industrias como la de electrodomésticos, manufactura en general, energía y transporte enfrentarían desafíos al incrementar el costo de insumos clave”, explicó Enciso Villarreal.